No hace más de 20 años era poco común escuchar términos como Centros Gerontológicos, hogares geriátricos y no tan usado actualmente pero muy mencionado en aquella época, ancianatos; en muchas de las ocasiones en las que ese hablaba de estas instituciones, se tenían conceptos erróneos y prejuicios merecidos por la mala atención de algunas instituciones, dando así un desprestigio social y moral general a los geriátricos. Consecuencia a la falta de control por parte de las secretarias sociales, la escasez de políticas públicas que velaran por los derechos del adulto mayor y demás falencias en la regulación de dichas instituciones, era común encontrarse con sitios que maltrataban y prestaban una pésima atención afectando directamente en la calidad de vida de sus residentes.
Con el pasar de los años, la instauración de políticas como “la política colombiana de envejecimiento humano y vejez”, la regulación por parte de secretarias en los hogares gerontológicos y la progresiva y oportuna llegada del Internet, han permitido que la evolución del cuidado al adulto mayor en instituciones privadas y públicas cada vez sea más profesional y ética permitiendo al abuelo disfrutar de espacios y contar con los servicios esenciales para su salud y bienestar, así mismo diseñados para una vejez activa y con altos parámetros de calidad de vida cambiando la perspectiva de estas instituciones.
Progresivamente la atención al adulto mayor y las instituciones que prestan servicios a estos han ido teniendo más importancia y relevancia en la cotidianidad, y hablar de “instituciones geriátricas o gerontológicas” es más común y menos rechazado o juzgado como algunos años atrás, en el último censo de población y vivienda mencionado en el documento políticas colombianas de envejecimiento humano y vejez se observa que la población de abuelos que residen en hogares geriátricos en Colombia representa un poco más de 1% de la población total, mostrando con ello que las familias y en muchas ocasiones los mismos abuelos deciden elegir algunas de estas residencias para jubilarse y descansar en un ambiente agradable para ellos, teniendo a la mano los servicios que favorezcan su envejecimiento.
Para finalizar esta publicación podemos valorar la gestión que han tenido muchas instituciones que prestan la atención al adulto mayor para propiciar el reconocimiento de estas, así como la estricta vigilancia por parte del estado que ha permitido que muchas instituciones que han sido creadas sin los recursos y servicios básicos presten su atención, sin embargo los esfuerzos que se deben llevar a cabo aún son bastantes, ya que los prejuicios y miedos de dar residencia a nuestros abuelos en estas instituciones aún existen en algunas familias, cabe aclarar que es responsabilidad tanto de los hogares geriátricos como de sus residentes y familiares demostrar el beneficio que trae consigo el hospedaje temporal o permanente de nuestros abuelos y también la elección adecuada del sitio a elegir.
Me podrian dar respuesta a mis preguntas ? gracias
Los terminos un poco despectivos,como ANCIANATO,Y RECLUSORIO PARA VIEJOS ya no existen,para eso esta la GERENTOLOGIA PROFECIONAL del adulto mayor,la cuestion es decision por parte del " CUCHO"